Hoy acabo de enterarme de la vieja noticia de que el Papa ha clausurado el Limbo.
Y ahora que yo planeaba tomarme unas reparadoras vacaciones por esos paradisiacos rumbos.
¡No me daré por vencido! ¡Iré!
Lo buscaré en la nada, donde antes se encontraba. Y ahora que no hay nada en la nada, ese lugar resultará bastante acogedor.
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